La familia es el núcleo, es la cuna donde crecemos y nos desarrollamos como personas. Es un espacio VITAL donde se producen interacciones e intercambios entre los miembros que la componen, que, muchas veces, determina cómo acabamos relacionándonos con el mundo exterior: relaciones de pareja, con los hijos, de trabajo…

La terapia familiar permite liberar la tensión y el estrés que, en un momento determinado, vive la familia. Permite alcanzar un buen nivel de bienestar al ayudar a descongestionar los nudos que se han podido establecer en las relaciones entre sus miembros.  A veces las familias acuden a terapia ante la desesperación e impotencia generada al no saber cómo actuar ante determinadas circunstancias o con alguno de sus miembros.

En el sistema familiar se producen alianzas invisibles que son, en muchas ocasiones, las responsables del movimiento que se ve desde fuera. Es importante acudir a terapia cuando estos movimientos generan un malestar importante en la convivencia. Descubrir lo que está alterando el equilibrio familiar, entender cómo el propio sistema está dando una “solución” a lo que está ocurriendo y proponer soluciones más sanas son los objetivos de este tipo de terapia.

En la intervención con la familia y a criterio a del profesional, se combinan sesiones donde pueden acudir todos los miembros de la familia, la pareja (si es el caso), los hermanos y/o sesiones individuales donde cada uno puede tratar su contribución al conflicto.

Las consultas más frecuentes suelen ser debidas a:

• Falta de comunicación
• Comportamientos disfuncionales de alguno/s de los miembros de la familia
• Problemas de adicciones a sustancias y/o comportamientos
• Discapacidad y/o trastornos de algún miembro
• Agresividad, pérdida y duelo de algún miembro de la familia
• Adopciones
• …

Y en otras ocasiones son circunstancias externas las que provocan el estrés familiar, como mudanzas, despidos, reparto de herencias,  agresiones y/o agravios a algún miembro de la familia, etc.

Todas estas situaciones crean sufrimiento en todos los miembros, aunque no todos lo expresan del mismo modo. Es importante facilitar la expresión de lo que cada uno está viviendo y es labor del profesional, así como contribuir a que sea la propia familia la que consiga reestablecer el equilibrio perdido, con el acompañamiento terapéutico adecuado.